Tomar decisiones que cada vez sean más acertadas ya no es una opción para las empresas ni una pretensión. Se ha convertido en una obligación debido a los avances que están surgiendo con la transformación digital y el análisis de datos. Tener esto presente es tener una herramienta para mejorar, superar los resultados ya alcanzados y conseguir mayores éxitos.
Esto es posible gracias a lo que muchas disciplinas siempre han hecho: medir aquello que se quiere mejorar. Tener una línea base y seguir una estrategia analizando el impacto de las variables que se introducen o las acciones que se llevan a cabo.
La experiencia siempre ha sido identificada como factor clave en la toma de decisiones. A esto se añadían los distintos tipos de reportes, informes históricos, análisis de negocio y demás indicadores que también arrojaban mucha luz.
En la actualidad, con las posibilidades que permiten la inteligencia artificial y el análisis y gestión masiva de todo tipo de datos, los anteriores mecanismos de análisis o de diseño de estrategias quedan obsoletos. Ahora, la luz surge con distintos colores e intensidades para evidenciar aquello que no veíamos y que con la oleada que ha traído el Big Data podemos visualizar nítidamente.
Sin embargo, no solo servirá con extraer el valor de los datos. También será necesario hacer a la organización consciente de la importancia que éstos tienen. Y vincular a los distintos departamentos y colaboradores con el papel que la inteligencia de negocio juega en esta transformación.
En el ámbito de los recursos humanos, esto también provoca que aparezcan nuevos perfiles y profesionales que antes no eran necesarios. Conocer qué hace exactamente un científico de datos, un arquitecto de datos, un analista de negocio. Al mismo tiempo, tener conocimientos básicos sobre algunas herramientas analíticas, nuevas tecnologías big data, o estrategias data-driven (entre muchos otros nuevos términos que incorporamos), se convierte también en una decisión acertada. Será la única alternativa para mejorar en los procesos de selección, en la asignación de recursos, en el diseño de programas de formación y desarrollo, así como en la retención del talento.
Los datos, la información, el conocimiento y el Big Data, están favoreciendo que las personas que utilizan ese conocimiento y adoptan una actitud facilitadora. Hagan tangible en la organización la importancia del valor de los datos y ayuden a situar a la empresa en las primeras posiciones del entorno actual tan competitivo.
Para conseguir el mejor rendimiento y satisfacción de las personas, también el Big Data aporta nuevos enfoques y alternativas. Los modelos que predicen comportamientos y los proyectos de HR y people analytics, pueden ayudar en nuestra materia. Conocer mejor a los colaboradores para que la satisfacción y productividad se consigan en menor tiempo, durante más tiempo y gracias a decisiones más acertadas.