Gracias a la digitalización vemos
como cada vez se automatizan más tareas y procesos. Y esta tendencia seguirá en
aumento. Sabemos que la transformación digital está facilitando que se mejore
la productividad de nuestras empresas, principalmente consiguiendo reducir
errores y permitiendo un control y seguimiento más exhaustivo de cualquier
proceso.
Ante esta situación, aparecen
distintas oportunidades y también desafíos quizás más evidentes en las pequeñas
y medianas empresas.
Entre otros, los anteriores
ejemplos pueden ser algunos de los beneficios y oportunidades que las pymes
están alcanzando a través de la transformación digital. Y también, esos mismos ejemplos derivados de
la automatización, generan en muchas de ellas cierto rechazo o resistencia a introducir
nuevas tecnologías en el trabajo diario, tanto por la inversión económica
necesaria inicialmente como por la incertidumbre de cómo afectará a los
actuales puestos de trabajo.
Y es que conseguir que la
digitalización y otros cambios sean una realidad en las empresas, no depende
únicamente de inversión en tecnología e innovación, sino sobre todo de que los
agentes del cambio, las personas, tengan las actitudes, habilidades y
competencias digitales necesarias para ello. Sabemos que van a desaparecer
ciertos puestos y también que aparecerán otros, y esto ya provoca que muchas
personas trabajadoras tengan la sensación de sentirse amenazadas por estas
nuevas demandas. Es un elemento sobre el que actuar por parte de la empresa y
también por parte de los trabajadores. Formación e interés en las nuevas
competencias digitales es un elemento clave que deberá estar en los planes de
crecimiento y desarrollo de profesionales y empresas.
La digitalización creará empleo
de calidad, se conseguirá que tareas repetitivas y rutinarias se puedan
realizar con mayor rapidez y conectividad, evitando duplicidades o procesos
improductivos. Con un apropiado
acompañamiento en sensibilización, información, formación, asesoramiento y todo
tipo de ayudas, se podrán realizar adecuaciones en los puestos de trabajo para
que no haya dudas para iniciar la ruta hacia la transformación.
La gestión de personas siempre ha sido un reto, y ante la resistencia al cambio, la incertidumbre y la velocidad en la que se suceden los avances tecnológicos, las pequeñas y medianas empresas tienen nuevos elementos a los que hacer frente. Información y formación son dos guías claves para afrontarlos.