Una buena costumbre es la de sentarse a final de año para reflexionar cómo ha ido el año, qué se ha hecho bien para seguir haciéndolo y qué se ha hecho mal para corregirlo o mejorarlo.
En este 2020 ha habido un evento o suceso que nos ha marcado la vida a todos. Podemos hablar del 2020 como el año de la pandemia o, si tendemos a quedarnos con el lado bueno de las cosas, como el año de la transformación digital acelerada.
Hemos sido testigos de una aceleración de la transformación digital de las empresas, los procesos y las personas. Hemos visto cómo las empresas se veían forzadas a teletrabajar, invirtiendo en software, equipos y formación en competencias digitales para que este teletrabajo fuese posible.
Ha sido el año de Office 365, Microsoft Teams, Zoom, Slack, Trello, Webex, GoToMeeting… Pero también de Linkedin, TikTok, Netflix, HBO, Dinsey+, Spotify, AliExpress, Amazon …
Es decir, la transformación digital que estamos viviendo no solo ha servido de impulso para las herramientas propias del trabajo colaborativo y las comunicaciones (principalmente videoconferencias) sino también para cualquier producto o servicio que se comercialice de manera 100% digital. La transformación digital lleva años siendo necesaria, pero, como ha demostrado este 2020 de confinamiento y limitaciones sociales, ahora es imprescindible.
Hablando de personas, como nos gusta en Nexian Digital Academy, hemos tenido un año en el que las competencias digitales han relanzado su protagonismo y muchas personas tradicionalmente reticentes con la tecnología han visto la necesidad de mejorar sus habilidades en la materia.
El que tenía miedo de comprar por internet lo ha hecho o está en fase de aprendizaje. El que apenas tenía redes sociales ha probado TikTok o ha recuperado Instagram o Youtube. El que le gusta la música, pero no tenía servicio streaming, ha probado Spotify. El que había escuchado en la calle mil veces eso de Netflix ahora tiene una suscripción. Por primera vez hay una APP cuya descarga es esencial, Radar COVID. Y, finalmente, los les preguntes a los abuelos y abuelas qué es eso de internet, pero ahora hacen videoconferencias.
Hay una serie de barreras que hemos derribado con esta pandemia, un montón de límites que creíamos que era irrompibles y se han roto en menos de un año.
No hay límites para las personas no hay nadie que no pueda mejorar sus competencias digitales. No hay excusas para no transformarse al entorno digital.