Para poder establecer cuál es la rentabilidad para la empresa de la transformación digital, o más bien, cuáles son los efectos en la rentabilidad del negocio de la no transformación digital de la empresa, necesitamos analizar en profundidad el concepto de transformación digital.
La transformación digital es la redefinición de una empresa (de su estructura, sus procesos, sus productos, sus mercados,…) a través de la utilización de la tecnología digital (la tecnología que genera, almacena y procesa los datos) para mejorar la forma en que la empresa atiende a sus mercados y sirve a quienes la constituyen: propietarios, trabajadores, clientes, proveedores, etc…
Veamos ahora cuales son los costes reales de la transformación digital y otros costes que algunas empresas están clasificando como costes de transformación digital y no lo son.
- La inversión en tecnología.
Muchos empresarios y directivos de empresas nos dicen que han hecho grandes inversiones en transformación digital. Nos comentan que han invertido en: un nuevo CRM, la nueva página web, la modernización de equipos,… ¿Eso es transformación digital?
La respuesta es no, la mera implementación de tecnología por sí sola no produce transformación digital. La transformación se produce cuando cambiamos la empresa aprovechando el potencial de estas tecnologías y la capacitación los empleados. Cuando definimos nuevos procesos, nuevos productos y servicios, nuevas formas de relacionarnos con los clientes,… entonces generamos competitividad, nuevos clientes y rentabilidad.
- Los gastos de presencia en redes sociales.
Muchas empresas han contratado a profesionales y empresas como Community Manager, hacen campañas comerciales en redes sociales, han montado un negocio online, o usan la imagen de su marca a través de una web,… Esta ha sido la reacción generalizada de las empresas a la evidencia del cambio en el comportamiento de los consumidores, que ahora poseen más información, poder de decisión y más y mejores canales de información.
La presencia de las empresas en LinkedIn, Twitter o Facebook no es sinónimo de digitalización. La empresa debe realizar un cambio tecnológico y cultural que le permita una experiencia con el cliente que le garantice estar cada vez más conectado, interactuar más y lograr en él una confianza en la marca que le proporcione fidelidad.
- Los costes de oportunidad de no hacer nada.
Reflexiones de algunos empresarios como… “yo no tengo que hacer una transformación digital porque mi empresa es muy pequeña”, o “mis potenciales clientes no son los consumidores finales sino consumidores intermedios o distribuidores muy definidos y conocemos a todos”, o “porque requiere unos costes muy altos que no tengo claro que vaya a amortizar”, son muy habituales en muchas empresas, y constituyen un grave error.
En la actualidad, la transformación digital no es una opción. Todas las empresas, con independencia de su tamaño, sector, etc… si quieren desarrollar nuevas estrategias de negocio que les permitan competir deben hacerlo mediante la transformación digital. No utilizar las nuevas tecnologías resta eficiencia a las empresas, las aparta de las demandas de los consumidores y por tanto de sus decisiones de compra.
En resumen, la transformación digital de la empresa se debe ver como una oportunidad que permite combinar prácticas y formas de hacer que dan como resultado nuevas técnicas y habilidades, así como la reinvención de las empresas que afectan al mercado. Las empresas españolas que se han sumergido en la transformación digital registran un incremento en sus ventas del 39% y demuestran valores mayores a países como Francia, Alemania o Reino Unido según un estudio de CA Technologies.